¿Te has parado a pensar, o contar, la cantidad de correos electrónicos que recibes cada día? Estamos sobresaturados de información y mensajes. Sin embargo, entre tanta información, hay alguna capaz de captar nuestra atención y otra que pasa totalmente desapercibida.
También es cierto que como usuarios, hemos recurrido a nuestras propias técnicas para frenan tanta saturación. Algunos utilizamos herramientas que nos ayudan a clasificar los emails; otros cuentan con varias cuentas de email que utilizan en función del tipo de mensaje, etc.
Cierto también es que, nos hemos hecho cada vez más selectivos a la hora de abrir los emails. Sin embargo, el problema nos son tanto los correos, sino más bien cómo empresas y marcas los utilizan.
Tendemos a pensar que cuanto mayor sea la lista de usuarios a la que le enviamos nuestra newsletter o mailing, mejor. Y esto no es del todo cierto, al menos no garantiza el éxito.
La clave del email marketing está en la personalización de los emails. Esto implica segmentar nuestra lista para poder realizar acciones y campañas específicas, personalizar los mensajes y tener muy en cuenta el contexto.
En conocer los clientes está el verdadero secreto, en tener la mayor información acerca de ellos. Ahora bien, ¿cómo podemos saber más sobre los potenciales clientes o usuarios que tenemos en nuestras listas? Pues para saber, la mejor manera es preguntar. Pregúntales por sus preferencias, sus necesidades, sus deseos, su estilo vida… Cualquier información adicional te ayudará a optimizar los datos y te permitirá segmentar mejor.
No se trata de enviar promociones a diestro y siniestro, el email marketing es una herramienta perfecta para contar a los usuarios y posibles clientes una historia que les enganche y se sientan identificados.
No se trata de enviar muchos mensajes a muchas personas, sino de enviar el mensaje adecuado a la persona indicada.