Mucho se escucha hablar de Big Data aplicado en diferentes campos. El término en sí, describe el inmenso volumen de datos que cada día se generan a través de internet. Sin embargo, lo importante no es la cantidad de estos datos, sino qué es lo que las organizaciones pueden hacer con ellos.
De hecho, una buena gestión de análisis de Big Data puede crear ideas que lleven a las empresas a tomar mejores decisiones y a movilizar los negocios de manera estratégica.
Big Data y Marketing de contenidos
En el caso del Marketing de contenidos, la Big Data cobra una importancia fenomenal. El principio para entender esto es bastante básico: cada vez que un usuario navega en internet, deja un rastro en línea de su comportamiento.
Luego, ese comportamiento establece ciertos patrones que son usados por algunas empresas para ofrecer productos y servicios que se alineen con los gustos e intereses de los usuarios. De eso trata la Big Data: diseñar información a medida de lo que consume cada usuario.
Big Data y diseño de contenidos
Medios de comunicación como The New York Times y The Guardian usan la Big Data para alimentar sus portales de noticias. Esto porque los editores entienden mejor qué tipo de contenidos los usuarios consumen y así se aprovecha de mejor manera la demanda de lectura.
También plataformas como Netflix usan la Big Data para saber qué consume cada usuario y qué contenidos le pueden ofrecer, sabiendo de antemano lo que gusta a cada usuario. Para este fin, la plataforma se sirve de un algoritmo que permite indagar qué series, películas y programas prefieren los usuarios.
Esto implica que se basan en los datos que analizan a través de ese algoritmo para crear nuevas series y programas, sabiendo que habrá mucho menos probabilidades de fallar, porque las acciones se basan en un comportamiento previo de los usuarios.
Big Data y comportamiento
Un concepto muy básico de Big Data podría ser el almacenamiento de grandes cantidades de datos y los procedimientos que permiten encontrar patrones repetitivos dentro de esos datos.
Es decir, cada persona tiene hábitos que en muchos casos suelen ser rutinarios y los hábitos de las acciones referentes a internet no son la excepción. Desde mirar el correo a una hora determinada, realizar acciones de entretenimiento a ciertas horas o compras en otros momentos, todo esto va componiendo una suerte de “huella digital” del comportamiento en la web.
Cuando esta información se analiza, por supuesto que se encuentra un volumen inmenso de datos, que una vez han sido analizados, ayudan a la toma de decisiones y al diseño de nuevas estrategias de contenidos.
Sin embargo, sin las herramientas adecuadas, sería casi un imposible analizar ese enorme volumen de datos.
¿Qué necesitamos saber?
Lo primero es identificar alguna herramienta que permita medir el comportamiento de los usuarios en un sitio. Hay plataformas que pueden identificar qué contenido de lo publicado es el que se consume más.
La información debe poder desglosarse en número de visitas para cada contenido, horas de visita, dispositivo desde el cual el usuario se conecta. La información se puede organizar más fácilmente si se cuenta con un calendario editorial, fundamental en marketing de contenidos.
En general, los contenidos digitales deben analizarse en patrones de consumo: qué es lo que se consume, cuándo se consume y dónde se consume. De este análisis dependerán las decisiones que se puedan tomar.
Los rastros de los consumidores
Los consumidores, como ya hemos dicho, generan una huella cada vez que navegan en internet. Esta huella se compone de elementos como quién es, qué le interesa, con quién se relaciona, dónde y cuándo compra.
Toda esta información permite crear perfiles precisos de los consumidores: en una analogía, es como entrevistar a millones de personas y saber qué les gusta.
Entonces, podríamos concluir que el análisis de los datos son fundamentales para posicionar los productos y la marca. Por eso, para el Marketing de contenidos el análisis de los datos es de un valor inconmensurable.
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